lunes, 7 de enero de 2008

Ritos y Grados Masónicos

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Por: Mario Morales Charris 33º
Ven.·. Maest.·. Resp.·. Log.·. Lealtad No. 7
Ex Gran Maestro de la Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia
Pres.·. Gran Consejo de Cab.·. Kadosch «Lealtad Nº 3», Cám.·. 30°


Rito

El Diccionario de la Real Academia Española[1] define: “(Del latín ritus) m. Costumbre o ceremonia”. En otra acepción nos dice: “(…) Conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas, (...)”. Según estas definiciones, podemos señalar que una ceremonia es un rito; por ejemplo, la entrega de diplomas en un acto de graduación en una universidad, la inauguración de unos juegos deportivos, la presentación de un libro, etc., así también nuestra Orden realiza su ceremonia que es algo tradicional para desarrollar sus trabajos en Logia.

El Diccionario Enciclopédico de la Masonería[2], nos enseña: “RITO. (Ritos Masónicos) – En rigor podría definirse esta voz, diciendo que Rito, en Masonería, es el conjunto de reglas o conceptos, de conformidad con los cuales, se practican las ceremonias y se confieren, o por mejo decir, se comunican, los signos, toques, palabras y todas las demás instrucciones secretas de los grados. (...)”. Igualmente podríamos afirmar que el rito en Masonería es un método didáctico mediante el cual se desarrollan los trabajos, donde existe un momento de tiempo y/o espacio para considerar los asuntos propios no sólo de la Logia, sino también del mundo profano. Luego, a través de este método o rito se instruyen los Masones en las diferentes áreas del conocimiento haciendo uso del raciocinio para la investigación y la reflexión.

La creación de un rito o método Masónico, es el resultado de un largo proceso de decantación histórica y transmite una relación emocional y simbólica al iniciado en nuestros augustos misterios.

Grado

Los grados en Masonería son cada uno de los peldaños que va escalando el Masón o Masona en su proceso de aprendizaje desde que entra a la Orden, hasta alcanzar el último nivel de su carrera Masónica, o lo que es lo mismo, es el ciclo de iniciaciones que enseñan toda la filosofía y objetivos de la Hermandad. Cada categoría de progreso y de compromiso, de obligaciones y derechos, se distinguen en sus rituales, signos de reconocimiento y lecciones morales. En otras palabras, para cada grado de iniciación existe una ceremonia diferente donde hay nuevas enseñanzas en términos generales.

En la antigüedad sólo existían dos “grados”: el de Aprendiz y el de Compañero o «Valet» (palabra francesa que traduce: criado, sirviente, servidor). El Maestro era quien dirigía o administraba la obra como lo prueban muchos documentos pertenecientes a la Edad Media; así tenemos por ejemplo, el Manuscrito Regius [3] escrito por los años 1390 y el Manuscrito Cooke[4], data de 1410, ambos conservados en el British Museum. Sin embargo, el médico, investigador y tratadista Masónico, Albert Mackey[5] señala que antes del siglo XVIII sólo existía un grado, o más bien un escenario de ritualismo. Luego, “la división de Maestros, Compañeros y Aprendices era simplemente una división de rangos, existiendo una iniciación para todos”. No sabemos porqué y en qué se fundamentó nuestro hermano Mackey, porque no cita la prueba documental para afirmar que “la división de Maestros, Compañeros y Aprendices era simplemente una división de rangos”, ¿a caso el rango no es un nivel, grado, clase o categoría? Pensamos que no se leyó los documentos que estamos citando (el Regius y el cooke) porque existen otros, o de pronto sí los leyó y los mal interpretó; pero, para ello los hubiera citado, ¿o es que confundió el concepto de “Rito” con el de “Grado”?. Nos da esa impresión porque también afirma que había “una iniciación para todos”, que es otro asunto totalmente diferente a lo que pretendió explicar. Luego, a nuestro entender el hermano Mackey quiso manifestar que para esa época sólo se desarrollaba una ceremonia para iniciar a la vez a los Aprendices y Compañeros, incluso al director o administrador de la obra a realizar, llamado Maestro. Este último, simbolizado hoy por el Venerable Maestro. Efectivamente, lo que no existía en ese tiempo era un rito especial para iniciar al Aprendiz, otro para el Compañero y otro para el Director o Administrador de la obra, llamado Maestro.

En lo que sí tiene razón el hermano Mackey es que la palabra «grado» no se usaba, ni siquiera en los «Reglamentos Generales» compilados inicialmente por el hermano George Payne, en el año de 1720 e incorporados por Anderson en sus Constituciones de 1723. Observemos parte del numeral XIII de estos reglamentos, donde hace referencia a los miembros de la Orden: “(…) Entonces será cuando los aprendices deberán admitirse como maestros y compañeros salvo dispensa (…)”[6], no aparece la palabra “Grado”. Sin embargo, según Lorenzo Frau Abrines[7] nuestra Hermandad estaba dividida en tres grados antes de 1730. Para la segunda edición de las Constituciones publicadas por Anderson en 1738, ajustó al tiempo las reformas aprobadas y con relación a esta temática nos dice: “(…) un Aprendiz, cuando es experto y tiene la edad, puede ser un Aprendiz iniciado o Masón Libre del grado más bajo, y al obtener un mejoramiento conveniente, Compañero de Gremio y Maestro Masón (…)”[8]. Aquí ya aparece la palabra “Grado”.

En lo que sí hacemos énfasis es que en la Edad Media, de acuerdo a los manuscritos citados (Regius y cook) como también en los subsiguientes, se establecen diferencias de jerarquía entre Aprendiz, Compañero y Maestro, por lo que podemos inferir que tácitamente ya existían una especie de niveles o clases equivalentes a grados por sinonimia, aunque la ceremonia fuera una para todos al iniciarse y no existiera un rito en especial.

Actualmente existen muchos grados, de acuerdo al rito en que se trabaje; los hay simbólicos y son los tres primeros, reconocidos y practicados en todos los ritos acreditados, con ligeras diferencias. Los hay capitulares y son los que siguen después de los tres primeros. Se llaman filosóficos los que en categoría son superiores a los capitulares. Se denominan administrativos los de la más elevada categoría, superiores a todos los demás.

Los grados más importantes de la Francmasonería son los primeros tres grados: Aprendiz, Compañero y Maestro Masón, estos pertenecen a la «Logia Azul» o «Logia Simbólica», conocida simplemente como Logia. Lo de «Logia Azul», porque los hermanos ingleses, desde la antigüedad, se decoraban con este color como símbolo de la amistad universal y liberalidad, como lo es color de la bóveda celeste que cubre toda la tierra; en cambio los escoceses se distinguieron al adoptar el color rojo después de 1740, lo que provocó el descontento entre los hermanos y hubo que llamarlos al orden. El color rojo es el aplicado al grado del Arco Real y representa alegóricamente la energía y el celo que deben afrontar todos los que poseen esa parte sublime de la Masonería; significa además, la regeneración o reconstrucción del Templo y simbólicamente el renacimiento de la vida. Estos colores se conservan aún en la Masonería contemporánea: el simbolismo sigue siendo azul y los grados conocidos como escocistas continúan siendo rojo.
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[1] Real Academia Española. Op. Cit. Tomo II. P. 1.191.

[2] Abrines, Lorenzo Frau y otros. Op. Cit. Tomo III. P. 1.446.

[3] Gran Logia del Norte de Colombia. ANTIGUOS DOCUMENTOS DE LA MASONERÍA –Manuscritos antes de 1717– Morales Charris, Mario, compilador. Ediciones Cencys 21. Barranquilla, Colombia. Marzo de 2004. Pp. 33-54.

[4] Ib. Pp. 55-64.

[5] Mackey Gallatin, Albert. ENCICLOPEDIA DE LA FRANCMASONERÍA. Tomo II. Editorial Grijalbo, S. A. México. 1981. P. 663.

[6] Reglamentos Generales. En De la Cierva y de Hoces, Ricardo. EL TRIPLE SECRETO DE LA MASONERÍA. Editorial Fénix. Madrid. España. 1994. P. 133.

[7] Abrines, Lorenzo Frau y otros. DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE LA MASONERÍA. Editorial del Valle de México, S. A. Tomo I. México. 18 de septiembre de 1981. P. 66.

[8] Mackey Gallatin, Albert. Ib.
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